Consideramos que se han superado todas las expectativas y cumplido todos los objetivos propuestos. El festival ha servido para visibilizar y sensibilizar sobre el genocidio de la población palestina, la violencia causada por los bombardeos de Israel y las consecuencias del bloqueo a la entrada de ayuda humanitaria, que condena a la muerte por inanición, sed o falta de atención médica. Igualmente se ha denunciado la inacción y el abandono de una buena parte de los gobiernos europeos y de otras partes del mundo.

Más de 2500 personas participaron en el festival. Se recaudaron unos 35.000 euros, que una vez descontados los gastos, suponen 27.500 euros donados íntegramente a la UNRWA (Agencia de Naciones Unidas para la Población Refugiada en Oriente Próximo).

El dinero se ha recaudado a partir de diversas acciones como la organización de una exposición artística con obras donadas total o parcialmente, la celebración de una carrera solidaria, una rifa de cestas compuestas por artículos o servicios donados por el comercio y hostelería local de Cabezón de la Sal y pueblos de alrededor, venta de bonos de ayuda, donaciones, una barra de bebidas y un servicio de comida. Aquí tenéis un desglose de las cuentas: